domingo, 21 de junio de 2015

La visita de Hánuman

Hoy hemos decidido aventurarnos con un nuevo reto y dar un giro a lo que veníamos haciendo, comenzamos con los 100 yoga days, por lo que pondremos en práctica todo lo aprendido hasta ahora.



El yoga es una disciplina física y mental que requiere de constancia y dedicación. Se originó en lo que es hoy la India hace más de 5000 años, como una ciencia de la vida para conservar la salud física, mental y emocional y responder a preguntas filosóficas universales como la verdad sobre la existencia y el universo, el origen del sufrimiento y la manera de alcanzar la felicidad como un estado interior.


Pero tener que despertarse a las 5:30 tomar una ducha para ir a clases desde las 6:30am hasta las 8am estando de vacaciones y que la profesora no aparezca, no es nada fácil. Allí se ponen en práctica otras terapias…

Regresamos a la a habitación a dormir, cosa que realmente agradeció nuestro cuerpo. Después de aquella “pequeña” siesta dónde Morfeo nos acobijó por unas tres horas más, despertamos y nos fuimos a comer. Comenzamos a explorar por la zona e investigar cuáles lugares se adaptaban más a nuestro paladar y los zumos naturales formaron parte de nuestra dieta diaria.


Pasadas las horas fuimos nuevamente a clases de yoga, eran las 17hrs . Primera clase de asanas de Niklas, para nuestra sopresa después de 40 minutos recibimos la visita de Hánuman, comenzaron a entrar monos al aula, al principio tranquilos, nos fueron  acorralando hasta que ya no parecían tan amistosos, suspendimos las posturas que al parecer eran llamativas para éstos, nuestra profesora desesperada llamó por teléfono a los de seguridad casi que llorando para que vinieran y los sacaran de allí.



Los amistosos animalitos, cogieron la cámara de una de las alumnas, su pasaporte, dinero y jugaban con su cartera mientras esperábamos la llegada de alguien. Posteriormente llegaron los de seguridad con unos palos dando golpes al suelo y todos los monos se fueron. Se llevaron la cámara que se puedo recuperar minutos más tarde.


En estos casos es importante no reírse, puesto que los monos al ver los dientes no piensan que te parece graciosa esta situación sino que estás invitándolos a pelear por el territorio en el que te encuentras.

Al salir de allí Urtzi aún seguía en tensión por la situación, puesto que en el 2012 fue atacado por unos monos y hoy por hoy conserva la cicatriz.



Posteriormente nos fuimos de paseo para liberar tensión, cenar y a dormir temprano porque los días siguientes no faltaría la profesora de yoga en la mañana, por lo menos ella no, nosotros no sabemos.

 





Rafa
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